Hace apenas dos semanas, Toshiba presentaba un robot de cuatro patas destinado a navegar por los intrincados recovecos llenos de obstáculos de las ruinas de Fukushima. El robot, monitorizado de forma remota por los especialistas de la central, lleva a cuestas un segundo vehículo más pequeño que puede dejar en el suelo para que explore áreas de muy difícil acceso.
Ambos robots pueden ser operados mediante una simple red WiFi y su autonomía es de dos horas en el caso del robot nodriza cuadrúpedo y de una para su pequeño acompañante.
Más recientemente, Mitsubishi ha presentado otro robot destinado a la exploración en áreas difíciles, aunque este es más expeditivo. Sustentado sobre ruedas de oruga, el MHI-Meister pesa 440 kilos (frente a los 65 del de Toshiba) y dispone de dos brazos mecánicos con casi la misma movilidad que un los de un ser humano y capaces de levantar hasta 15 kilos.
Estos apéndices pueden cargar también herramientas con las que cortar obstáculos o tomar muestras en paredes de cemento a una profundidad de hasta siete centímetros. El MHI-Meister tiene también una autonomía de dos horas.
Ambos robots han sido desarrollados a partir de otros diseños, con la colaboración de la Agencia Nuclear japonesa, y se espera que entren en servicio muy pronto uniéndose a otros robots como los DXR-140 de Husqvarna Construction, dos robots de demolición que ya trabajan desde finales de 2011 en las tareas de limpieza de la malograda central.
Vía | Gizmag
Drones de Google patrullarán la sabana en busca de furtivos
Los drones de Google (pequeños aviones no tripulados y con cámaras, pero sin armas en este caso) van a ser aliados para la protección de varias especies en la sabana africana. Con una inversión de unos 5 millones de dólares, el gigante del buscador colaborará en uno de los objetivos de la World Wildlife Fund (WWF) permitiendo que la tecnología sea una alidada de los vigilantes actuales.
Con muchos animales en peligro por el valor en el mercado negro de algunas de sus partes (como rinocerontes o elefantes en África), Google facilitará el uso de tecnología avanzada (y cara) para la detección y seguimiento de estos delitos. Con ese dinero, la WWF podrá perseguir de una manera más eficiente a los cazadores furtivos.
Los “drones” se encargarán de vigilar desde el aire las zonas protegidas, y grabarán a los furtivos que se internen en ellas con el objetivo de poder detenerlos más tarde.
Además, el dinero de Google facilitará las tareas de los vigilantes en tierra, optimizará su trabajo de campo con programas específicos y también permitirá avanzar en el etiquetado y seguimiento de partes amputadas de los animales mediante kits para realizar pruebas de ADN al instante.
Vía | Slate.
Más información | WWF.
Desarrollan un robot capaz de vendimiar 600 viñas al día
Cristophe Millot, inventor francés de la región vinícola de Borgoña ha creado un robot especialmente pensado para la vendimia. Inspirado en el popular protagonista de la película de Pixar, Wall-Ye es capaz de identificar y cortar las vides que están en su óptimo estado de maduración a un ritmo de 600 plantas al día.
El robot mide 50 centímetros de alto, pesa sólo 20 kilos y es completamente autónomo gracias a unas células solares que le proporcionan energía. En su cuerpo integra seis cámaras y un GPS que utiliza para navegar entre los viñedos. Las cámaras sirven también para, en conjunción con un software de modelado 3D, identificar las vides que ya están listas para vendimiar por el tamaño y color de cada tipo de uva.
Por el momento, Wall-Ye sólo es capaz de cortar las vides con ayuda de sus dos pequeños brazos rematados en unas tijeras de podar. Eso significa que su creador aún tiene que encontrar un método para que recoja esas vides y las transporte hasta un camión.
Pese a ser sólo un primer paso en la tarea de vendimiar y a su elevado coste (25.000 euros), el robot ya ha suscitado el interés de muchos productores vinícolas. Según estos productores, las labores de vendimia en Francia a menudo tienen problemas de falta de personal ya que la cosecha comienza en agosto y suele ser realizada por temporeros que en su mayoría son estudiantes de vacaciones ese mes. Wall-Ye tiene la ventaja de que trabaja ininterrumpidamente.
No faltan los productores de vino que rechazan de plano la idea de un robot vendimiador por considerar esta tarea como un ‘arte’. Sea como sea, Wall-Ye no es el único proyecto en este sentido. Vision Robotics en California y la Universidad de Canterbury en Australia trabajan en proyectos similares.
Vía | Singularity Hub
Más información | Wall-Ye
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