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jueves, 2 de junio de 2011

Dos robots inventan un lenguaje para comunicarse


Una pareja de robots australianos ha comenzado a hablar el uno con el otro en un lenguaje de su propia invención. Los dos "Lingodroids", desarrollados por la Universidad de Queensland, han adquirido su lenguaje común por medio de juegos de localización que les llevaron a construir un vocabulario común para los lugares, las distancias y las direcciones.

"En su situación actual de todo lo que pueden hablar es sobre conceptos espaciales, pero lo importante es que se están formando estos conceptos, están empezando a entender realmente lo que significan las palabras", explica Ruth Schulz, directora del proyecto. Schulz describe a los robots como "básicamente un ordenador portátil sobre ruedas", pero cada uno está equipado con un sonar, una cámara, un láser, micrófonos y altavoces que permiten hablar el uno al otro mientras se mueven alrededor y delimitan su entorno en juegos de "dónde estamos".

Con un pequeño zumbido los robots corren alrededor de una especie de oficina-laberinto, esquivando obstáculos como escritorios y sillas y pitando cuando están al alcance del oído del otro. Comunicándose a través de pitidos, los robots tienen un diccionario interno que asocia experiencias, dónde al parecer están en el mapa general de la oficina, y los nombres de lugares que ya conocen. Cuando los robots encuentran un área sin nombre generan una palabra al azar para designarlo. Cuando los robots hablan entre ellos, le dicen al otro robot la zona que han descubierto, construyendo poco a poco un léxico común. Hasta ahora, el lenguaje de los robots incluye palabras como "pize", "jaya" y "kuzo".

La investigación ha demostrado que cada robot puede dirigir al otro robot a seleccionar una localización en la oficina, usando únicamente su lenguaje compartido. Schulz espera que el proyecto de un paso más allá, con una siguiente fase en la que los robots interactúen con objetos, por ejemplo agarrándolos y pasándoselos el uno al otro.


Enseñan a robots a moverse como humanos


Cuando las personas se comunican entre sí, sus movimientos expresan tanto como las palabras que salen de sus bocas. ¿Pero qué sucede cuando los que intentan comunicarse con nosotros son robots? Investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia han demostrado que, cuando los robots se mueven de forma parecida a los humanos, la interacción entre ambos resulta mucho más natural. Los resultados de la investigación se han presentado en la Conferencia sobre Interacción Humano-Robot que se celebra estos días en Lausanne (Suiza).

“Normalmente los robots se mueven dando 'saltos', con contínuas paradas y comienzos, mientras que los humanos nos movemos de manera mucho más fluída”, explica Michael Gielniak, que ha desarrollado el trabajo junto a Andrea Thomaz. “Queremos que los humanos interactúen con los robots como lo harían con otro humano, para que el contacto resulte más intuitivo”.

Con este fin, Thomaz y Gielniak han programado al robot Simon para realizar movimientos sin cortes y de tal manera que varias articulaciones puedan moverse a la vez. El resultado es un movimiento continuo, con gestos que resulta muy fácil reconocer para cualquier espectador qué está observando lo que hace el autómata. El siguiente paso será programar el algoritmo que mueve al robot de tal modo que para desempeñar una misma tarea pueda realizar los movimientos de varias maneras diferentes, hasta conseguir que, finalmente, “olvidemos que lo que tenemos delante es un robot” augura Gielniak.


El robot-botones “Sacarino”


Investigadores de la empresa vallisoletana Cartif y de la Universidad de Vigo han desarrollado dos robots humanoides asistentes para hoteles, “Sacarino” y “BellBot”. El primer prototipo comenzará a sus prácticas como botones en unos días en un hotel de Valladolid. Su misión: acompañar a los huéspedes a sus habitaciones y transportar sus equipajes de mano mientras les explica los servicios disponibles.

Los robots gozan de cierta autonomía gracias a que incorporan tecnologías que le permiten desplazarse entre las diferentes dependencias del edificio, sorteando obstáculos y empleando los ascensores, así como regresar a los puntos establecidos para recargar sus baterías. Y son capaces de mantener diálogos con los clientes, atender órdenes, suministrar información -turística, meteorológica, noticias…- así como enviar mensajes a la recepción o desde ella. Y lo que es más interesante: 'Sacarino' está dotado de una cabeza mecatrónica con expresividad para mostrar simpatía y disponibilidad al cliente.

Los robot-botones pueden actuar de forma directa, cuando se encuentran directamente con el cliente, pero también es posible contactar con ellos a través de una página web, desde los terminales situados en las habitaciones, para solicitar un aperitivo, una bebida, el periódico o cualquier otro producto del servicio de habitaciones. Además, desde recepción los empleados pueden ver en todo momento dónde se encuentra y lo que está haciendo cada robot, y mandarle tareas específicas.

"La robótica se encuentra en una situación en la que debe dar el salto a la aceptación común en la sociedad, lo que llamamos robótica social", explica Jaime Gómez, Co-Director de División de Robótica y Visión Artificial de Cartif. "La idea era hacer un robot que pudiera ofrecer algún tipo de servicio. Ya se conocen robots que dan servicio en las casas, como los robots aspiradores o cortadores de césped y nosotros queríamos dar un paso más hacia la máxima interactividad con las personas".


Fuente muyinteresante.es

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