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jueves, 17 de mayo de 2012

¿Nos podríamos deshacer de la basura nuclear llevandolo al sol?

El otro día nos hablaba de las posibilidades de viajar al Sol, así que hoy toca hablar de las posibilidades de usar el Sol de alguna forma más que la estándar. En este caso, usarlo como superhorno para quemar la basura nuclear que generamos.
En teoría, la idea parece buena. Sin embargo, resultaría demasiado arriesgado. Todas las agencias y firmas privadas han tenido problemas en sus lanzamientos, aunque se invierta mucho dinero en ello. En marzo de 2011, por ejemplo, un transporte relativamente simple para el lanzamiento del satélite Glory de la NASA, valorado en 424 millones de dólares, cayó finalmente en el océano Pacífico. Otros se han incendiado en la atmósfera.

¿Os imagináis lo que pasaría si el transporte llevara unos cuantos cientos de kg de uranio? Si se incendiara en las alturas, podría quedar suspendido durante meses en la atmósfera, llenando la Tierra de basura radiactiva.
Además, también sería muy caro transportar tanto peso al espacio. Cada año, las centrales nucleares europeas generan 550 metros cúbicos de basura radiactiva: un volumen en el que cabrían 550.000 litros de agua. Un solo ciudadano español produce cuatro gramos anuales de estos desperdicios atómicos, por el mero hecho de utilizar la red eléctrica. Las centrales nucleares españolas almacenaban 3.370 toneladas de combustible de uranio gastado en 2005, según los datos de la empresa pública que los gestiona, Enresa.
Vía | Público


La OMS  revela un aumento de la hipertensión y de la diabetes 

Uno de cada tres adultos sufre hipertensión, una condición que causa cerca de la mitad de todas las muertes por apoplejía y problemas cardiacos en el mundo, y uno de cada diez, diabetes, destacó hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su informe anual sobre estadísticas sanitarias.
Por primera vez el estudio estadístico de la OMS incluye información de 194 países sobre los altos niveles en hombres y mujeres de la presión sanguínea y glucosa en sangre, que revela, entre otras cosas, que los diagnósticos y los tratamientos baratos de estas dolencias han reducido el problema en el primer mundo. La inquietud de la organización es que en lugares como África, donde no se aplican estas medidas preventivas, la mayor parte de las personas con estas dolencias no saben que corren un “alto riesgo de muerte y discapacidad por un ataque al corazón o una apoplejía”.

Por primera vez se incluye también información sobre niveles de glucosa en sangre, que indica que mientras que la prevalencia media global está en torno al 10 %, hasta un tercio de la población en algunos países del pacífico sufre esta dolencia.
La OMS recuerda que si no se trata, la diabetes puede causar enfermedades cardiovasculares, ceguera y fallo renal.
El nivel más alto de obesidad se registra en la región de las Américas (un 26 % de los adultos) y el más bajo en el sudeste asiático (3 % de los adultos), siendo mayor la proporción de mujeres obesas que la de hombres, con el impacto que esto representa en cuanto a riesgo de diabetes, problemas de corazón y cáncer. La conclusión es que las enfermedades no contagiosas son actualmente la causa de dos terceras partes de las muertes en el mundo, por lo que la OMS trabaja en un marco de seguimiento y una serie de metas voluntarias para prevenir y controlar el problema.
Vía | EFE

  ¿Por qué algunas personas  no engordan? 

Solemos pensar que el ser humano por naturaleza tiende a engordar para tener reservas en tiempos de hambruna. De ser así, geneticamente existe un tipo de personas que deberían estar fuera de la evolución, aquellas que por más que comen no engordan ni un gramo ¿que es lo que falla?
No podemos decir con certeza cuánto comían nuestros antepasados, pero probablemente los periodos de bonanza con abundantes alimentos no fueron los más largos en nuestra historia evolutiva, más que nada por nuestra condición nómada.
Sabemos que las hambrunas frecuentes y prolongadas en algunas partes del mundo han favorecido la evolución de la capacidad del cuerpo para almacenar grasa rápidamente, siendo eficiente el uso de grasa (energía celular) para hacer frente al esfuerzo muscular y mantenimiento de las funciones del cuerpo
Dice el profesor Michael Cowley, director del Monash University’s Obesity and Diabetes Institute.

Se cree que entre el 60 y el 70 por ciento de nuestro peso corporal está determinada por nuestros genes. Sin embargo, los científicos han identificado menos de una quinta parte de los genes implicados, y todavía no sabemos cuántos de estos realizan dicho trabajo.
La reproducción sexual permite la unión información genética de ambos padres para recombinarse y formar un nuevo individuo. Esto produce una considerable variación genética a través del arrastre de las mutaciones, tanto beneficiosas como perjudiciales, a través de las generaciones.
Es por eso que algunas personas en el día de hoy llevan los genes que predisponen a la delgadez (menor acumulación de grasas), esto históricamente ha sido una desventaja debido a la escasez de alimentos.
El problema al que nos enfrentamos ahora es que no ha habido un desarrollo evolutivo en los genes para ayudarnos a lidiar con el consumo sin precedentes de alimentos altamente calóricos.
En otras palabras, muchos de nosotros todavía llevamos los llamados “genes de la grasa” (los que nos predisponen al aumento de peso excesivo), porque no hemos tenido tiempo de desarrollar una respuesta a la gran variedad que se ofrecen hoy en día
Afirma Cowley.
También dice que los factores ambientales como la cantidad que comemos y la actividad física que hacemos determina alrededor del 30 al 40 por ciento de nuestro peso.
Y pese a que ahora se consumen más alimentos calóricos, el nivel de esfuerzo físico ha disminuido dramáticamente.
Lo que tenemos que dejar de hacer es concentrarnos tanto en nuestro peso y estar más atentos a comer sano y hacer ejercicio regular y enseñar estos hábitos a nuestros hijos
Concluye.
Vía | ABC Science

1 comentario:

  1. de poder llevar la basura al sol, cualquier cohete o zonda se evaporaria en corona solar antes de tocar el sol, el viento solar lo empujaria de nuevo hacia afuera, despues esta el problema de la composicion quimica del sol, si en el caso de que resolviermos el problema de llegar a la superficie solar, todo ese material podria decantar hacia el nucleo del sol y desestabilizarlo, acortando su vida y provocando su expancion, lo ideal seria acumular esos desperdicios en una orbita alta alrededor de marte, el espacio entre la tierra y marte es enorme, tambien esta jupiter, que no se veria realmente afectado, seria como arrojarle confetti

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