Y llegó el 3 de diciembre, fecha prometida para el anuncio de la NASA en torno al último descubrimiento del robot Mars Curiosity Rover, nave que se encuentra estudiando muestras de suelo en Marte y que según uno de los investigadores a cargo del proyecto, había encontrado algo que “iría a los libros de historia“.
Frente a esto, la agencia espacial bajó el perfil a esas declaraciones, indicando que lo visto no sería tan revelador como la gente esperaba días atrás. Finalmente, y con la fecha encima, apareció la información de que se habrían encontrado moléculas orgánicas en suelo rojo, lo cual hoy se ha confirmado (a medias) como acertado.
En su primer análisis del suelo marciano, el Curiosity detectó sales percloradas y componentes orgánicos simples, pero el equipo de científicos a cargo de las pruebas no pudo determinar si el carbono en estos materiales es propio de Marte, o no.
El comunicado oficial dice que se hallaron materiales basados en carbono, además de cloro y oxígeno, sin embargo, esto no indica que hay vida en Marte, ya que el carbono es sólo uno de los elementos necesarios para que florezca la vida tal y como la conocemos en la Tierra. Por otro lado, las partículas encontradas bien podrían ser de origen terrestre, acarreadas por la misma nave desde nuestro planeta, en información aún sin confirmar en un 100% y que podría dilucidarse durante los dos años que restan de la actual misión en Marte.
Determinar si el carbono es terrestre o marciano será el próximo paso. Aun cuando el material no haya sido acarreado por la nave desde la Tierra, habrá que realizar una larga investigación para determinar cómo llegó al suelo de Marte, ya que podría haber sido transportado en meteoritos o cometas, que comúnmente transportan complejos componentes orgánicos. Y si los materiales se originaron en Marte, tomará tiempo determinar si es que corresponden a un rastro dejado por seres vivos del pasado.
Link: NASA Mars Rover Fully Analyzes First Soil Samples (NASA)
Voyager 1 entra en una nueva zona del espacio al final del sistema solar
35 años después de salir de la Tierra, la sonda Voyager 1 está llegando a lo que parece ser el área final del sistema solar, a un paso del espacio interestelar. La región fue bautizada como “autopista magnética”, y es el área donde el campo magnético de nuestro sol se conecta con las líneas de campo magnético del espacio exterior, y donde partículas cargadas abandonan y se unen a la heliósfera – el área de influencia del sol.
“Aunque Voyager 1 todavía está dentro del ambiente del Sol, podemos sentir lo que es estar afuera debido a las partículas que están entrando y saliendo de esta autopista magnética. Creemos que esta es la última parte de nuestro viaje al espacio interestelar. Nuestra mejor estimación es que puede durar desde pocos meses a un par de años. Esta nueva región no es como lo esperábamos, pero hemos llegado a esperar lo inesperado del Voyager”, afirmó el científico Edward Stone.
Los investigadores aseguran que esta autopista magnética todavía es parte del sistema solar porque los datos correspondientes al campo magnético que envía Voyager 1 no han cambiado. Se espera que cuando la sonda alcance el espacio interestelar, los datos cambien, como cambiaron cuando la nave cruzó el punto donde los vientos solares bajan.
Por otro lado, la cantidad de partículas cargadas podrían implicar que la sonda ya está fuera de la heliósfera. “Si juzgamos sólo por los datos de partículas cargadas, pensaría que estamos fuera de la heliósfera. Pero tenemos que mirar lo que todos los instrumentos nos dicen, y sólo el tiempo nos dirá si nuestra interpretación sobre esta frontera está correcta”, explicó el investigador del instrumento de partículas cargadas Stamatios Krimigis.
La sonda Voyager 1 lleva unos 2 años en el borde del sistema solar, enviando datos sobre cómo es esta zona del espacio, que hasta ahora sólo era conocida mediante suposiciones. La sonda está a unos 17.000 millones de kilómetros del sol.
Link: NASA Voyager 1 Encounters New Region in Deep Space (NASA)
Tipo de luz promete dejar a los tubos fluorescentes como algo obsoleto
Científicos de la Universidad Wake Forest crearon un nuevo tipo de luminaria que promete ser tan eficiente como la luz LED y al menos el doble de los tubos fluorescentes, pero sin ninguno de sus problemas asociados como una luz azulada en el caso de los LED, o una luz amarillenta que parpadea hecha con gases tóxicos de la luminaria fluorescente.
La tecnología es llamada luminaria electroluminescente de polímeros, FIPEL (por las siglas en inglés de field-induced polymer electroluminescent bulbs), y consistiría en capas plásticas de tamaños nanométricos que brillan cuando la corriente eléctrica pasa a través de ellos, generando una luz blanca y tenue, aunque aclararon que la tecnología permitiría que el FIPEL genere luz de cualquier color.
Entre sus características es que la luminaria sería maleable, permitiendo adoptar cualquier forma como los tubos fluorescentes, pero sin el riesgo de que se trize o explote, por lo que planean fabricar luces adoptadas a todo tipo de portalámparas o soquetes de luz como el conector de bayoneta o la rosca Edison.
Links:
-Effect of multi-walled carbon nanotubes on electron injection and charge generation in AC field-induced polymer electroluminescence (Science Direct)
Fuente fayerwayer.com
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