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martes, 20 de mayo de 2014

Robots enfermeros de hospitales



Hace más de diez años, algunas empresas de robótica intentaron introducir asistentes médicos en los hospitales. Una de ellas fue Panasonic con su Hospi. Un robot muy mediático pero con un éxito discreto: sólo lograron vender dos unidades y la producción se cesó al poco tiempo.

La idea no terminó de funcionar pero ahora la compañía japonesa quiere relanzar su proyecto y demostrar que los asistentes robóticos pueden ser herramientas muy útiles en los hospitales. Su camino no será fácil, en buena parte por los costes que conlleva, pero a día de hoy ya están funcionando cinco unidades en el hospital Matsushita Memoria en Moriguchi, Japón.

El objetivo de estos robots es ser, a grosso modo, un botiquín con ruedas. Un dispensador de medicina para que cuando un doctor o una enfermera necesiten algo, el robot vaya con ello a dárselo lo antes posible. Una idea muy buena que puede reducir costes a largo plazo pero que tiene un precio de entrada bastante elevado.

Cada uno de estos robots cuesta 100.000 dólares, a lo que hay que añadir el coste de adaptar las infraestructuras para que cada uno de estos autómatas se pueda mover sin problemas por el hospital. Según Panasonic, se consigue reducir el tiempo de suministrar las medicinas en un 30%.



Por lo que se puede ver en el vídeo, es de 2010 pero sirve para hacernos una idea, su sistema de movimiento es bastante sofisticado y es capaz de reconocer obstáculos con rapidez para evitar colisiones. Es cierto que la idea es buena y parece efectiva pero el coste todavía sigue bastante elevado para que muchos hospitales se lo puedan permitir.

Aún así, es un buen ejemplo de una tecnología que parecía muerta hace una década y ahora quiere tener una segunda oportunidad. Tengo algunas dudas pero si el coste se redujera podría ser una herramienta muy útil. Eso sí, la propuesta de Panasonic no es la única que nos quiere cuidar en los hopitales.

Vía | Popsci



La moto voladora la promete Aero-X para el 2017



La ciencia ficción nos ha enseñado un montón de tecnología alucinante que, por desgracia, buena parte de ella no verá la luz. Ni como la imaginaron los autores ni como le gustaría a algunos ingenieros. Hay veces que hay excepciones y una de ellas es la moto aérea, o flotante Aero X. Hace un par de años se mostró un prototipo y la buena noticia es que se pondrá a la venta en 2017.

¿La mala noticia? Que no va ser un vehículo al alcance de todo el mundo precisamente. Si queréis ir pensando en comprar una podéis pagar un modesto depósito de 5.000 dólares para cuando finalmente se ponga a la venta dentro de tres años pagar unos 80.000 más para hacernos con ella. Nadie dijo que ser pionero en el mundo de la tecnología fuera algo accesible para todos.
Simplificando los controles de un vehículo difícil de manejar

Más allá del precio y su fecha de lanzamiento, nos encontramos con una moto que es capaz de circular a una velocidad máxima de 72 kilómetros por hora y flotar hasta una altura de 3,7 metros. Su capacidad es de dos personas y su diseño futurista nos recuerda a cómo hemos imaginado a través de la ciencia ficción este tipo de vehículos.

Diseñar la conducción del Aero X no ha sido fácil ya que uno de los problemas del sistema que lleva esta moto es el rotor y su inclinación hacia un lado cuando queremos ir hacia adelante. En los helicópteros, por ejemplo, es algo frecuente y los pilotos están siempre atentos a este efecto.



Sus creadores afirman que el diseño final de esta moto será lo suficientemente sencillo e intuitivo para que cualquiera pueda usarlo sin grandes dificultades. Si todo va bien, dentro de un par de años se realizarán las primeras pruebas con la versión final del vehículo.

Como curiosidad decir que antes de que existiera Aero X ya había proyectos desarrollados en los 60 para conseguir algo parecido a un vehículo volador capaz de flotar unos cuantos metros. El proyecto fue abandonado porque no supieron crear un sistema de control lo suficientemente estable como para usarlo.

Hay que reconocer que con este tipo de proyectos resulta imposible no entusiasmarse. Tener un vehículo de estas características, funcional y sencillo, debe ser una pasada pero creo que todavía es pronto para lanzar las campanas al vuelo y hacernos ilusiones con esta moto voladora.

Por un lado tenemos la dura realidad: lo que hemos visto son prototipos y las propias palabras de sus creadores que a buen seguro serán ciertas pero hasta que no veamos con nuestros propios ojos que funcionan correctamente un servidor se considera bastante escéptico con esta propuesta de moto voladora.

Por otro tenemos la regulación y la normativa, que en este tipo de cuestiones suele ir por detrás como es normal. ¿Podremos usar estas motos en carretera o sólo en algunos espacios? Seguiremos de cerca esta moto voladora.

Vía | IEEE




Un brazo robótico con el que ser más precisos



El creador del famoso Segway está más cerca de conseguir colocar otro producto innovador en el mercado. Tras su equipo de desplazamiento personal, Dean Kamen se involucró en el desarrollo de un nuevo brazo robótico avanzado que permitiera a sus usuarios un avance en la precisión de uso del mismo.

Y así nació (tras un parto de 8 años y apoyado por DARPA) el brazo robótico Deka, que ahora ha conseguido la aprobación de la FDA de EEUU para poder salir al mercado. Este brazo recurre a la técnica de la Electromiografía (EMG) para evaluar la actividad eléctrica producida por los músculos esqueléticos justo donde brazo y robot se juntan, lo que unido a diferentes sensores inalámbricos, permite al usuario de este brazo realizar y controlar complejos movimientos de forma muy precisa. Mucho más que actualmente y siguiendo el camino de varios desarrollos de los últimos años donde lo que se perseguía era añadir más sensibilidad a estas prótesis.



El brazo Deka tiene un tamaño y peso similar al de esta extremidad "real", y funciona con baterías. Ha sido probado en 36 pacientes con un 90% de éxito en el sentido de que los participantes admitieron que les permitía actividades que hasta ahora no podían realizar de forma correcta, como puede ser cocinar, subir y bajar cremalleras o usar llaves.



Tras la aprobación de la FDA (Food and Drug Administration), ahora Deka tiene otro largo camino para ser viable comercialmente.

Vía | Darpa.




Un brazo autómata que es capaz de coger cualquier objeto que le arrojemos



Aunque el juego de palabras va con segundas no, no es un brazo robótico que pillará nuestros chistes, sarcasmos e ironías a la primera. EPFL ha presentado un brazo autómata que es capaz de coger cualquier objeto que le arrojemos con una precisión que se traduce en un tiempo de respuesta de dos milésimas de segundo.

Con un metro y medio de longitud, este brazo es capaz de atrapar cualquier objeto que su mano pueda atrapar dentro, obvio, de su radio de acción. El brazo ha sido desarrollado con un software que es capaz de aprender de nosotros para coger objetos de todo tipo, no sólo unos pocos programados por defecto.

Aude Billard, uno de sus creadores deja claro este último punto: “Muchas máquinas a día de hoy vienen con programas reinstalados y no pueden asimilar de forma rápido cuando hay cambios en los datos”. De este modo, tienen que recalcular la trayectoria varias veces y al final su reacción es más lenta que cuando son capaces de aprender desde cero.



A través de un sistema de cámaras, el brazo va aprendiendo la forma de los objetos, su velocidad y cómo se mueven. De este modo, es capaz de “visualizar” un modelo 3D de la misma forma que lo haría Kinect. Tras varios lanzamientos de prueba, esta brazo robótico es capaz de atrapar cualquier cosa que entre en su mano.

¿Utilidad real? A priori podría servir para ciertos deportes como el baseball: una forma de entrenar a los pitcher por ejemplo. Si es capaz de recoger una bola, luego puede lanzarla o bien desde la propia mano o con un sistema de cañón como los que se emplean a día de hoy.

Seguro que a este brazo le encantaría darle un buen apretón de mano a uno de sus hermanos que hace poco apareció en la portada: aquel autómata capaz de jugar al ping pong con bastante habilidad, aunque no con la suficiente para ganar a un profesional de primer nivel.


Vía | EPFL

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